Ironman Vitoria
9 Julio 2017
Una larga
preparación de unas 30 semanas me ha hecho llegar a poder concluir mi gran
objetivo deportivo para este año 2017. Una larga preparación que empezaba allá
por el mes de Diciembre, Enero aproximadamente y que concluía con éxito el
pasado 9 de Julio de 2017 donde llegaba a meta del Triatlón Vitoria con un
tiempo de 12 horas y 17 minutos.
Han sido 7
meses de una preparación concienzuda y exigente en la cual ha habido momentos
muy buenos, y también momentos duros, como, por ejemplo, un contratiempo hacia
mediados de Mayo donde sufría una lesión en el soleo izquierdo que me hacía
modificar mis planes de entreno en la carrera. Por suerte pude recuperarme con
rapidez a los entrenamientos.
Merece la pena
tanto sacrifico, tantos madrugones, tantas horas de entreno para llegar a vivir
esta experiencia tan emocionante. Por suerte pude disfrutarlo con las personas
que más sufren mi locura de este deporte. Sin ellas no habría podido acabar
este reto. Al igual que el Ironman que hice en As Pontes en 2015, mi mujer fue
clave para que pudiera acabar la maratón. ¡Desde aquí te doy infinitas gracias!
Voy a contar mi
crónica:
Viaje a Vitoria
el sábado por la mañana con mi mujer e hija. Llegada al hotel cercana a las
14:00. Subir maletas a la habitación y me dirijo a la carpa en donde nos
entregaban el dorsal, pegatinas, documentación y demás para la carrera. Vuelta
al hotel para colocar las pegatinas en casco, gorro de natación, tija de la
bicicleta…
Organizo las
bolsas que me dan para colocar la ropa de la bici, la de la carrera, la de la
natación…
Me como un par
de pinchos de tortilla a toda prisa en la habitación y nos vamos sobre las
17:00 a una parada de autobuses de la organización donde nos trasladarán a la
T1 para depositar la bicicleta y la bolsa de Bike. Esperamos cerca de hora y
media hasta que pude salir para Landa (Pantano de Landa-Uribarri). Allí cojo de
nuevo la bici que me la llevaban en una furgoneta junto con las de otros
participantes y le llevo a mi puesto (651). Coloco la bolsa de transición y me
vuelvo lo más rápidamente que puedo a hacer cola para volver en autobuses para
Vitoria.
Llego al hotel
cerca de las 21:00. Cansado, me dispongo a cenar en el mismo hotel. Una cena
con carga de hidratos a base de pasta, filetes de pollo a la plancha, algo de ensalada,
fruta, agua y para la cama.
Noche de
nervios. Descansé, aunque miré el reloj a las 2:00, 4:00, 5:00 y a las 5:15
decidí levantarme. Como suele ser tradición, tenía preparado mi desayuno y sin
hacer mucho ruido me fui al baño a tomarme unas lonchas de queso con pavo, un
bizcocho de chocolate preparado con super energía y un batido de leche con
chocolate de la central lechera asturiana.
Me marché del
hotel despidiéndome de mi mujer que se había levantado para darme su gran beso
de despedida.
Cogí, junto con
un montón de triatletas el bus para ir hasta Landa. Una vez allí, comenzó el
ritual. Miré la bici, comprobé los neumáticos, revisé el material de la
transición…y como ya había acabado de hacer todo lo necesario y me faltaba
cerca de 1h 45min para dar la salida me puse el neopreno hasta la cintura y
salí fuera de la carpa a sentarme en una silla que encontré y relajarme con el
paisaje del pantano.
A falta de 30
minutos para la salida volví a repasar la transición. Pedí a una señora que me
untará de vaselina el cuello y axilas y muy amablemente me ayudo. Cierto es que
le tenía preparado un guante de latex para que no se manchara.
Salida a las
8:45 y todos al agua. Primero los Elite y luego el resto. Bastante follón al
entrar al agua. Primeros metros de toma de contacto y tratando de evitar
patadas y codazos. Por suerte pude evitar casi todos los golpes, aunque alguno
me llevé. Alguno creo que quería pasarme por encima, pero mi ritmo no era suave
ya que suelo hacer buenos segmentos de natación.
Hice una primera
vuelta aceptable, con cierta angustia en el paso por las boyas ya que se
producía un embudo de triatletas. La segunda vuelta genial. Seguí los pies de
otro participante con un ritmo muy cómodo para mí y al final de este segmento
tiempazo. 1h 5minutos.
Los primeros 73
km fueron muy gratos. A partir de aquí decidí bajar un pelín el pistón ya que
mi rodaje ya no era tan alegre como al principio y los pequeños repechos que
había en el circuito me costaba más mantener el plato grande.
Aun así, no me
desmoralicé en ningún momento ya que era consciente de mis debilidades. Me
centré en mi ritmo y seguí hasta el final de este sector regulando mis fuerzas
a partir del km 73, en el comienzo de la segunda vuelta. A partir de la segunda
vuelta noté como en los repechos tuve que cambiar al plato pequeño para no
castigar demasiado las piernas, pensando en la maratón.
Una vez acabé
la bicicleta, realicé la transición de una manera pausada tardando 7 minutos.
Uno a uno fui incorporando los geles al portadorsales. Me embadurné de crema
para no machacar demasiado la piel, aunque ya venía un poco quemado del sol por
el viento de la bici. Me puse la gorra y a correr.
Mis primeras
sensaciones fueron buenas. No estaba muy cansado y mis ritmos empezaron a ser,
según lo previsto de 5:30 el km. Todo se empezó a torcer a partir del km 12.
Pajarón psicológico!!!! De repente, me quedé sin fuerzas y la cabeza no hacía
más que decirme Abandona!!, para qué sufrir mas!!, coge la bici y para el
hotel!!!...
Empecé a
caminar y no había quién me levantara. Intenté en varias ocasiones ponerme a
trotar pero era imposible. Se había acabado mi gran reto. Nunca más me
apuntaría a este tipo de competiciones, me decía.
Me cruce con mi
mujer sobre el km 14 y me preguntó si estaba lesionado. Le dije que no, que lo
que me pasaba es que no podía más. Ella me dijo: “Venga!!, Venga!!, esto lo
acabas!!, me da igual que vayas caminando, como si te pasas aquí toda la
noche!!!...
En ese momento
me puse a trotar con ritmo muy lento, pero trotando. Y a partir de aquí me vine
arriba. Recuperación milagrosa la llamo yo. Paraba en los avituallamientos y
seguía trotando. Empecé a tomar además de agua, algo de coca-cola en cada
avituallamiento y me dio la chispa que me faltaba.
En la zona de
meta que pasábamos dos veces por vuelta, el público te llevaba en volandas.
AUPA Piquer me decían!! OSO ONDO!!! Qué emoción pasar por esa zona. Corría
gracias a ellos. Era indescriptible.
La llegada a
meta fue la bomba. No tengo palabras para describir tanta alegría. Primero vi a
mi mujer y a mi niña. Sus caras reflejaban mi felicidad.
Luego me puse a
aplaudir a toda la gente que estaba en el último km de entrada a meta y ellos
me respondían a mis aplausos. Era super emocionante. Estaba muy crecido.
Tanto es así,
que hasta aceleré el ritmo en el último km. Finalmente entre en meta y di
gracias a DIOS por haberme ayudado en esta gesta. Gracias a todo Vitoria y a
sus voluntarios.
Un abrazo
fuerte a todos
PAIKER