lunes, 5 de mayo de 2014

HALF IROMAN LISBOA 2014

Después de un invierno duro me presentaba el día 3 de Mayo de 2014 en la capital de Portugal para competir en el medio ironman de Lisboa. Me habían hablado muy bien de esta competición y por eso decidí apuntarme a principios de este año.
La preparación fue seguida por el libro Atletas de Hierro y tan sólo evité algunos entrenamientos de carrera por no forzar demasiado mis gemelos ante posibles lesiones.
No fue la preparación que más me hubiera gustado, ya que estuve muy liado con problemas de trabajo y otros asuntos personales de mayor importancia.
La cuestión es que llegaba a Lisboa con no muy buenas sensaciones en cuanto a la carrera. Todo esto se acrecentó en la semana previa cuando el martes me disponía a hacer el último entreno fuerte de carrera sintiendo al final del mismo un dolor en el gemelo izquierdo.
Al día siguiente tuve que pasar por el fisioterapeuta para realizar una sesión de descarga ya que, aunque no había rotura, sí estaba bastante contracturado.
Mi cabeza empezaba a pensar más cosas negativas que positivas y dudaba en que pudiera presentarme en condiciones el sábado de la competición.
Mi entrenadora personal fue la que me dio ese empujoncito necesario para animarme a no tirar por la borda todo el trabajo realizado hasta el momento y tomar camino a Lisboa para participar en este gran evento.
Estuve en reposo hasta el mismo sábado, las sensaciones eran buenas, después del tratamiento del fisio la pierna parecía que no me dolía y que podía responder.
El día de la competición me levante a las 5:15, con no demasiados nervios. Muchos menos que en el medio ironman de las Islas Cies. Desayuné un par de tostadas, un poco de agua y como tenía todo preparado me puse el neopreno hasta la cintura y me bajé con la bicicleta hasta los boxes que estaban a menos de 10 minutos en bici. Pasé la cola previa a los boxes sin mayores problemas y estuve esperando un buen rato hasta que se dio la salida. Se notaba la tensión previa en el ambiente.
Muchos atletas de diversas nacionalidades, muchas bicicletas de los más pintureras, mucha crema solar, mucho casco aerodinámico, mucho pro en definitiva.
Finalmente nos fuimos todos hacia la salida. Esperé a mi turno ya que salí en el segundo turno, hacia las 8:30 y comencé la natación sin demasiados problemas. Traté de nadar por el exterior para no recibir golpes. Iba tranquilo, deslizando todo lo que podía, no dando muchas piernas para reservarlas para lo que me quedaba, con ágil brazada. Fue una natación cómoda con muchos participantes en el agua. Cerca de 1000.
Una vez salí del agua me dirigí hacia mi bicicleta sin prisa pero sin pausa, me quite el neopreno, me calce los automáticos, el casco, las gafas...y fui andando con la bici hasta la salida. Allí me monte con cuidado de no tropezar con ningún otro corredor y salí dando pedales con ritmo suave para ir adaptando el cuerpo al nuevo esfuerzo.
La bici me resultó cómoda, aunque el viento sopló con fuerza en parte del recorrido. Los primeros 10km de cada vuelta, en total 4, eran en contra del viento y esto hacía que tuviéramos que hacer un mayor esfuerzo.
Fui tratando de regular todo lo posible, muchos participantes me pasaron, con lo que tengo que mejorar mucho en este sector ya que es el sector que más tiempo te pueden sacar y en el que veo que la gente anda más preparada.
Cuando llegué al cambio de sector, paso de bicicleta a carrera comenzó mi pequeño infierno. Me puse los playeros y comencé a trotar con ritmo suave. Me dí cuenta de que algo no iba bien. ¿qué me pasaba? Porqué no levantaba las rodillas? Daba zancadas muy forzadas. En mi mente sólo se me pasaba por la cabeza luchar hasta el final. Había venido desde muy lejos para luchar y no para rendirme a la primera de cambio.
Tras los primeros 5km de sufrimiento, pasé unos 2 o 3 km en los que mi cabeza estaba más animada, no así mis piernas. La concentración que llevaba era tremenda. Era un correr cansino pero era un correr. Nunca había corrido con esos tiempos tan malos. Estaba haciendo medias de 5:40, o 6:00 el km. Prefería no mirar demasiado el reloj y centrarme en que cada vez me quedaba menos tiempo y que mis gemelos seguían con fuerzas.
En los avituallamientos trataba de beber agua y comer fruta, plátanos y naranjas, para tomar algún respiro. No quería pararme porque sabía que el detenerme podía ser mi perdición. Así que seguí "corriendo" y logré terminar con gran esfuerzo, lucha y coraje.
Estoy muy contento de esta victoria personal. Creo que sigo aprendiendo cosas y tomando nuevas experiencias en el deporte lo que me anima a seguir mejorando y divirtiéndome.
Desde estas breves palabras que os escribo, no me quiero olvidar de una persona muy especial, que lleva en mi vida algo más de 2 años muy intensos. Sin ella, la cual me acompañó a Lisboa, no podría haber terminado esta competición. Ella sabe lo mucho que significa para mi.
Un abrazo muy fuerte a todos y hasta la próxima.